Wednesday, October 19, 2011

Con derecho a queja

Seamos sinceros, para poder quejarse de cualquier cosa, es necesario que la tal cosa sea poca cosa.

Esto que parece un trabalenguas no es m�s que uno de esos convencionalismos que tan mal llevo: si a uno le pasa cualquier tonter�a es libre de contarla a diestro y siniestro. De hecho, lo m�s probable es que en poco tiempo est� rodeado de m�s o menos p�blico que le jalee. Si la cosa es de importancia... Pues nada, habr� que apretar los dientes y hacer creer al respetable que eso es una sonrisa.

�Y si alquien osa llevar la contraria? Pues entonces ser� recriminado por los que saben, es decir, por los que se quejan de nimiedades, de que debe animarse y aguantar, que dejarse llevar por los problemas no es nada bueno y que, en fin, se cuide, se distraiga, etc. Siempre se. Es decir, en solitario. No vaya a pensar nadie que est�n ah� para ayudar. Ah no, no. Que cada palo aguante su vela.

Porque con esta gente rara que siempre le est�n pasando cosas mejor pasar de largo, �no? Seguro que es por algo, las cosas no pasan porque s�. Aunque a veces s� pasan porque s�, pero mejor no trastornar a estas mentes de algod�n con hecho reales, ellos viven flotando en una nube y est�n muy bien ah�. Bueno, eso por no hablar de que cuando se les lleva la contraria se ponen un poco dif�ciles, �verdad?

Pero la realidad es tozuda y se muestra, por mucho que se intente que no sea demasiado a las claras y, entonces, �qu�? Pues entonces se hace lo que se puede, de todo menos hacer como que no existe o que uno se lo busc�. Porque, �sab�is? Hay actitudes que aunque parezcan inocentes y despreocupadas no lo son tanto. Y si no, quedaos por aqu� diez minutos m�s... y ver�is lo que pueden llegar a dar de s�:

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