Sunday, February 27, 2011

Project 365 - 59

romantic boxes

�Celebration?

Decididamente, sestear viendo un documental de La 2 ya no es lo que era. No, no lo es. Porque de repente te encuentras con algo tan extra�o, pero tanto, que su existencia te hace sentir como el personaje de una distop�a futurista. En este caso particular, el desencadenante fue algo tan aparentemente inocente como un cap�tulo de las Pilot Guides, m�s concretamente el dedicado a Florida y Bahamas (ver minuto 22:51). As� fue como descubr� la existencia de la poblaci�n de Celebration, en Florida por supuesto.

Una localidad ideada y planificada por la compa��a Disney, bas�ndose en lo que en su d�a fue una idea de Walt: un Prototipo de Ciudad Experimental del Ma�ana. Pero este no es el verdadero comienzo de la historia. Proyectos como el de Celebration son ejemplos de lo que se conoce actualmente como Brave New Urbanism. Otro ejemplo famoso, y anterior, es el caso de la poblaci�n de Seaside, tambi�n en Florida. Para quien no lo conozca, Seaside fue Seahaven, el pueblecito cuco de Truman, en El Show de Truman. Tan perfecto, limpio y uniforme que solo puede ser un decorado de televisi�n (o de Hollywood, claro). De hecho, funciona como una broma interna dentro de la misma pel�cula.

El Nuevo Urbanismo pues, visto lo visto, es una vuelta de tuerca m�s a la nostalgia: crear n�cleos urbanos de novo al estilo de las poblaciones americanas de los a�os 40 y 50 incluyendo las nuevas tecnolog�as. Se busca formar una comunidad de tama�o medio, familiar, no dependiente del coche, con un vecindario que se intenta sea agradable y con una arquitectura tradicional que refuerza la idea de la vuelta al pasado, de ah� la uniformidad de sus calles y el aspecto de las viviendas. Pero los resultados son comunidades excluyentes, caras, altamente dependientes del coche porque no son realmente aut�nomas y la urbanizaci�n de espacios que anteriormente no lo estaban. Eso por no hablar de la cantidad de normas que se puede llegar a exigir cumplir a los vecinos para mantener esta ilusi�n de uniformidad: en Celebration, por ejemplo, est�n regulados hasta el color de las cortinas y la altura del c�sped (ver minuto 02:05 del v�deo). Como ya dije, detalles todos que hacen pensar inmediatamente en una distop�a y que no niego que me produjeron cierto "v�rtigo". :S

�Celebration?

Decididamente, sestear viendo un documental de La 2 ya no es lo que era. No, no lo es. Porque de repente te encuentras con algo tan extra�o, pero tanto, que su existencia te hace sentir como el personaje de una distop�a futurista. En este caso particular, el desencadenante fue algo tan aparentemente inocente como un cap�tulo de las Pilot Guides, m�s concretamente el dedicado a Florida y Bahamas (ver minuto 22:51). As� fue como descubr� la existencia de la poblaci�n de Celebration, en Florida por supuesto.

Una localidad ideada y planificada por la compa��a Disney, bas�ndose en lo que en su d�a fue una idea de Walt: un Prototipo de Ciudad Experimental del Ma�ana. Pero este no es el verdadero comienzo de la historia. Proyectos como el de Celebration son ejemplos de lo que se conoce actualmente como Brave New Urbanism. Otro ejemplo famoso, y anterior, es el caso de la poblaci�n de Seaside, tambi�n en Florida. Para quien no lo conozca, Seaside fue Seahaven, el pueblecito cuco de Truman, en El Show de Truman. Tan perfecto, limpio y uniforme que solo puede ser un decorado de televisi�n (o de Hollywood, claro). De hecho, funciona como una broma interna dentro de la misma pel�cula.

El Nuevo Urbanismo pues, visto lo visto, es una vuelta de tuerca m�s a la nostalgia: crear n�cleos urbanos de novo al estilo de las poblaciones americanas de los a�os 40 y 50 incluyendo las nuevas tecnolog�as. Se busca formar una comunidad de tama�o medio, familiar, no dependiente del coche, con un vecindario que se intenta sea agradable y con una arquitectura tradicional que refuerza la idea de la vuelta al pasado, de ah� la uniformidad de sus calles y el aspecto de las viviendas. Pero los resultados son comunidades excluyentes, caras, altamente dependientes del coche porque no son realmente aut�nomas y la urbanizaci�n de espacios que anteriormente no lo estaban. Eso por no hablar de la cantidad de normas que se puede llegar a exigir cumplir a los vecinos para mantener esta ilusi�n de uniformidad: en Celebration, por ejemplo, est�n regulados hasta el color de las cortinas y la altura del c�sped (ver minuto 02:05 del v�deo). Como ya dije, detalles todos que hacen pensar inmediatamente en una distop�a y que no niego que me produjeron cierto "v�rtigo". :S

Project 365 - 58

wishing it were summer in Las Fuentes del Algar

Saturday, February 26, 2011

Thursday, February 24, 2011

Wednesday, February 23, 2011

Sunday, February 20, 2011

Saturday, February 19, 2011

Thursday, February 17, 2011

Project 365 - 48

after years of dreaming it... finally flying into Greece!

Apathy vs the will to Blog

Have you ever felt so out of touch with your own surroundings that everything feels a bit unreal? Felt like time is moving along at a snail's pace or that you're looking in on your own life from outside a window?

That's kind of how I've been feeling these past couple of weeks. Ever since I got back from New Zealand it's been hard to fit myself back into my old life. Right... old as in 4 months old! Funny how being gone for 4-5 intense months can make coming back to where things are calm and not much is going on (personally or professionally) seem a bit scary, and depressing! How can things be the same when you've done so much??? Argh!!! Anyhow, it's resulted in a sense of apathy that I'm having trouble shaking... like someone hit the "pause" button on me and I'm waiting for something else to come by and knock me into "play" mode. Not good.

Therein lies the excuse for the absentee blogger... I've got blogging ideas popping into my head every now and again, but when I get home I can't be bother to sit down to the computer and develop them! And then when some time has passed I get frustrated with myself for having forgotten what seemed like some damn good ideas at the time. Part of me is hung up by the backlog of posts that are semi-prepared from the trip (for CrisCrossing the Globe) and are there in limbo, waiting for me to finish up with them... Kind of a "deal with the stuff pending before you get into the new", and I end up in a vicious circle where nothing gets done!

So I'm breaking the circle by just starting up with some random blogging again, and I'll slowly release posts on New Zealand over on the other blog, just back-dating them to when they were supposed to be published (I wonder how that will appear in people's readers...). Ditto with the Project 365 photos. I'm not going to dump them all on you in one massive month's-worth chunk, but perhaps 5 at a time. I actually forgot a couple days... damn! Took me a while to remember my cellphone has a camera so I don't need to be carrying around my DSLR just to get a daily photo! I figured it wouldn't be as fun a project once life had gotten back to "normal", and indeed, I quite forgot about it a couple of days! :o( The photos I have taken might not be too interesting because they're frequently last minute "oh my! I haven't taken the 365 photo yet today!". I'm going to have to try and make mundane things seem interesting through the camera lens, should be an interesting challenge! Which isn't to say I'm going to give up on random shots with my cellphone. ;o)

Tuesday, February 15, 2011

La impaciencia del coraz�n

Tambi�n conocida como La piedad peligrosa, de Stefan Zweig.

Una de esas novelas a las que hac�a tiempo que quer�a dedicar una entrada pero con la que siempre me encontraba con el problema de no saber muy bien c�mo abordarla, por d�nde empezar a tirar del hilo porque, m�s que de un ovillo, se trata de una red. ;) Quiz�s sea bueno empezar hablando de la total falta de experiencia que tiene el protagonista, el teniente Anton Hofmiller, a la hora de tomar decisiones. Las primeras p�ginas de su historia nos lo dejan muy claro: fue su familia la que decidi� que ingresara en la academia militar y que formara parte del cuerpo de ulanos. Para terminarlo de arreglar, en la peque�a ciudad de provincias a la que ha sido destinado nada se sale de la rutina. Incluso cuando, por una casualidad, tiene la ocasi�n de acudir a una cena en el castillo de los Kekesfalva, todo se conduce seg�n las estrictas normas sociales de la �poca. Un traspi�s sin importancia y su af�n por quedar sinceramente bien con todo el mundo le ir� enredando m�s y m�s en una trampa de la que s�lo sabe escapar a �ltima hora y huyendo, sin dar la cara. El azar tambi�n aportar� su granito de arena para que todo acabe de la peor manera posible.

Para ser sinceros, la trampa no es totalmente suya, nadie se salva. Edith von Kekesfalva, la hija de la casa, es una adolescente paral�tica que se ha visto primero mimada y despu�s sobreprotegida por la familia. Tanto es as� que se ve doblemente agobiada por sus circunstancias: ni sabe c�mo manejar su situaci�n ni los que le rodean le prestan una ayuda realmente v�lida. Como consecuencia, reacciona y lo planifica todo a la desesperada, como un animal enjaulado. Malinterpreta la compasi�n de Hofmiller y cree ver el amor en �l primero y, como no pod�a ser de otra manera, un clavo al que aferrarse despu�s. Su padre, Lajos, har� lo que sea por que todo se haga seg�n su deseo. Hace mucho que Edith se convirti� en lo �nico que de verdad le queda, su historia tampoco es amable, y su hija no duda en aprovecharlo. El �nico que pone un poco de orden en todo esto es el doctor Condor, un hombre capaz de acompa�ar sinceramente a un enfermo por desesperada que sea su situaci�n, de sostener su �nimo y de ofrecer su ayuda por encima de todo prejuicio social pero que, tambi�n �l, ha traspasado unos l�mites, como puede verse en el caso de la historia de su esposa ciega. 

Curiosamente, es Edith la �nica que toma una decisi�n con su suicidio, incapaz de resignarse a seguir siendo tratada casi como un objeto, mientras que Hofmiller se pasar� toda la vida huyendo a causa de este suceso. Ni el tiempo ni los acontecimientos producir�n un cambio real en �l a pesar de los remordimientos, como demuestra un encuentro casual con Condor a�os despu�s: preferir� desaparecer antes de que el doctor se percate de su presencia en vez de enfrentarse a su juicio, como a�os antes temi� enfrentarse al juicio de los dem�s. Como punto final a la historia, contada siempre desde el punto de vista de Hofmiller, nos dejar� tambi�n d�ndole vueltas a todo lo visto, escuchado y presenciado, de las reacciones ante el dolor ajeno, de la rigidez de una �poca pasada no hace tanto y de lo actual de las descripciones psicol�gicas de los personajes una vez, eso s�, que nos veamos libres del torbellino que produce la narraci�n para sopesarla por nosotros mismos.

La impaciencia del coraz�n

Tambi�n conocida como La piedad peligrosa, de Stefan Zweig.

Una de esas novelas a las que hac�a tiempo que quer�a dedicar una entrada pero con la que siempre me encontraba con el problema de no saber muy bien c�mo abordarla, por d�nde empezar a tirar del hilo porque, m�s que de un ovillo, se trata de una red. ;) Quiz�s sea bueno empezar hablando de la total falta de experiencia que tiene el protagonista, el teniente Anton Hofmiller, a la hora de tomar decisiones. Las primeras p�ginas de su historia nos lo dejan muy claro: fue su familia la que decidi� que ingresara en la academia militar y que formara parte del cuerpo de ulanos. Para terminarlo de arreglar, en la peque�a ciudad de provincias a la que ha sido destinado nada se sale de la rutina. Incluso cuando, por una casualidad, tiene la ocasi�n de acudir a una cena en el castillo de los Kekesfalva, todo se conduce seg�n las estrictas normas sociales de la �poca. Un traspi�s sin importancia y su af�n por quedar sinceramente bien con todo el mundo le ir� enredando m�s y m�s en una trampa de la que s�lo sabe escapar a �ltima hora y huyendo, sin dar la cara. El azar tambi�n aportar� su granito de arena para que todo acabe de la peor manera posible.

Para ser sinceros, la trampa no es totalmente suya, nadie se salva. Edith von Kekesfalva, la hija de la casa, es una adolescente paral�tica que se ha visto primero mimada y despu�s sobreprotegida por la familia. Tanto es as� que se ve doblemente agobiada por sus circunstancias: ni sabe c�mo manejar su situaci�n ni los que le rodean le prestan una ayuda realmente v�lida. Como consecuencia, reacciona y lo planifica todo a la desesperada, como un animal enjaulado. Malinterpreta la compasi�n de Hofmiller y cree ver el amor en �l primero y, como no pod�a ser de otra manera, un clavo al que aferrarse despu�s. Su padre, Lajos, har� lo que sea por que todo se haga seg�n su deseo. Hace mucho que Edith se convirti� en lo �nico que de verdad le queda, su historia tampoco es amable, y su hija no duda en aprovecharlo. El �nico que pone un poco de orden en todo esto es el doctor Condor, un hombre capaz de acompa�ar sinceramente a un enfermo por desesperada que sea su situaci�n, de sostener su �nimo y de ofrecer su ayuda por encima de todo prejuicio social pero que, tambi�n �l, ha traspasado unos l�mites, como puede verse en el caso de la historia de su esposa ciega. 

Curiosamente, es Edith la �nica que toma una decisi�n con su suicidio, incapaz de resignarse a seguir siendo tratada casi como un objeto, mientras que Hofmiller se pasar� toda la vida huyendo a causa de este suceso. Ni el tiempo ni los acontecimientos producir�n un cambio real en �l a pesar de los remordimientos, como demuestra un encuentro casual con Condor a�os despu�s: preferir� desaparecer antes de que el doctor se percate de su presencia en vez de enfrentarse a su juicio, como a�os antes temi� enfrentarse al juicio de los dem�s. Como punto final a la historia, contada siempre desde el punto de vista de Hofmiller, nos dejar� tambi�n d�ndole vueltas a todo lo visto, escuchado y presenciado, de las reacciones ante el dolor ajeno, de la rigidez de una �poca pasada no hace tanto y de lo actual de las descripciones psicol�gicas de los personajes una vez, eso s�, que nos veamos libres del torbellino que produce la narraci�n para sopesarla por nosotros mismos.

Project 365 - 46

delights of Alicante Bay on a windy day

Thursday, February 10, 2011

Project 365 - 41

missed two days again... damn!

daily dose of vitamin C

Friday, February 4, 2011

Wednesday, February 2, 2011